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Una vez realizado un análisis formal y detallado de los resultados obtenidos, tanto de las pruebas de vulnerabilidades, como de las de explotación, en esta fase se propone un plan de remediación específico para las vulnerabilidades encontradas o posibles en la estructura analizada, el cual podría ser parte de un plan de tratamiento general de riesgos.

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El plan de remediación clasifica, con ayuda de herramientas técnicas, la criticidad de cada una de las vulnerabilidades encontradas y sugiere cuales deben ser atendidas en el corto, mediano o largo plazo. La decisión sobre el tiempo para implementar el control respectivo a cada vulnerabilidad debe contemplar también el costo del mismo, las capacidades existentes, la administración y el nivel de dificultad de la implementación.

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